Sin embargo, ese mismo día, al cierre de los mercados del euro, sin contar con sus socios europeos, la autoridad reguladora alemana, el Bafin, decretaba la prohibición temporal de la modalidad especulativa conocida como “naked short selling” o venta al descubierto, venta en falso o simulada de valores que no se tienen ni en préstamo. La prohibición alemana afecta a ciertas acciones de bancos y aseguradoras y de bonos soberanos y durará hasta el 31 Marzo de 2011. Una decisión clara contra las apuestas baratas que buscan beneficios limpios, provocando la bajada de los bonos de los Estados del euro y de valores en euros. Alemania considera desestabilizadora esa especulación en los mercados financieros, culpada por políticos despiertos de haber exacerbado la crisis de la deuda griega. Especulaciones que han provocado la volatilidad excepcional llevando al euro a alcanza el nivel más bajo de 1,22 $ en cuatro años.
Y es que desde meses, los especialistas avisaban de los riesgos de las “burbujas sobre la deuda soberana”, sobre los bonos gubernamentales, y del billón de euros que necesita el Eurogrupo para cubrir el déficit y refinanciar el endeudamiento agudizado por la propia crisis económica de raíz financiera. En otras palabras, se evidenciaban grandes oportunidades aprovechadas por los depredadores como prueban, por ejemplo, dos hechos concretos documentados, aparentemente triviales.
Primero, en febrero pasado, tenía lugar un conciliábulo en Manhattan so capa de una cena que tuvo lugar en el restaurante Park Avenue Townhouse, con unos 20 personajes de las finanzas y que algunos comensales catalogaron como “un intercambio de ideas en torno a una mesa”. Pero allí se habló de apostar masivamente por la bajada del euro mediante la práctica del “short selling” o de ventas en corto o en falso; es decir, tomando prestados de un tercero valores que después se adquieren para devolverlos y cubrir esas ventas cuando ya se ha producido la bajada esperada o buscada. La especulación desaforada que contribuyó a la quiebra de Lehman Brothers y que sigue sin prohibirse o regularse a nivel europeo o global. Según uno de los presentes, se comentó que “Grecia es importante pero no tan importante; que hay que empezar a pensar en otro país. Después de Grecia, ¿cuál? España, Irlanda, Portugal”. Y otros añadían Italia. Son hechos desvelados por The New York Times del 3 marzo de este año, frente a los cuales la UE no hizo nada.
El segundo hecho ocurrió después de aquella cena, cuando el Departamento de Justicia de los EEUU abría expediente a cuatro hedge funds o fondos de inversiones de alto riesgo, solicitándoles que presentaran sus registros de operaciones comerciales, acusados entre otros cargos de apostar contra los valores del euro. Esos cuatro fondos investigados son Greenlight Capital, SAC Capitol Advisors, Paulson & Company y el Soros Fund Management, todos ellos nombres muy destacados por su potencial milmillonario y con historiales de dudosa legalidad. El problema es probar que coordinaron sus apuestas para hacer caer al euro; siendo difícil de demostrar la intención de actuar conjuntamente, como decía The Washington Street Journal del día mencionado. Los del gremio se apresuraron a defender las posiciones especulativas calificando la investigación abierta como “caza de brujas”. Y el portavoz del magnate George Soros señalaba que les culpan siempre que surgen problemas en los mercados monetarios.
En esta tercera semana de mayo, difundida la noticia de la decisión alemana contra esta especulación bolsística, algunos expertos auguraban un impulso alcista en los mercados del euro con el previsible cierre de posiciones bajistas; es decir, compras destinadas a devolver los valores tomados en préstamos y vendidos. Pero eso no ha sucedido al día siguiente, entre otras razones porque la decisión unilateral de Alemania adoptada sin consultar ni advertir a sus socios europeos, provocaba en Bruselas, Madrid, Paris y Londres, sorpresa, irritación y confusión, incapaces de alinearse en un frente europeo contra la especulación; sobre todo por la obstrucción desde la City, desde donde proceden -aseguran los periodistas especializados- los mayores ataques especulativos contra los bonos soberanos del euro.
Todo ello precisamente en unos momentos en que la UE, tras el acuerdo sobre los préstamos bilaterales para ayudar a Grecia y acordados los fondos de estabilización de 750,000 millones de euros, tiene pendiente su puesta en práctica. Porque, oh paradoja, para ayudar a los gobiernos más débiles frente a los especuladores financieros, se espera que sean “los mercados” los que aporten esos fondos previstos a través del SPV o “instrumento con fines específicos” acordado; o sea, una sociedad financiera común participada por los propios gobiernos del Eurogrupo que venderá unos títulos o bonos. Pero, como tributo al dios-mercado, mientras tanto hay que aplicar recortes sociales y planes de ajuste fiscal obstaculizando la recuperación económica con el fin de impedir veleidades de cualquier gobierno que intentara romper el consenso neoliberal sobre el que se ha reconstruido esta Unión Europea del tratado de Lisboa, de cuyas pretendidas bondades ahora nadie se acuerda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario