jueves, 19 de enero de 2012

El acuerdo secreto de Geithner con los dirigentes de la Unión Europea

Los mercados de valores estadounidenses y extranjeros siguen zigzagueando salvajemente a la espera de despejar la incertidumbre sobre la supervivencia del euro y ante unas sufridas poblaciones que arrostran las consecuencias de las políticas de austeridad neoliberal impuestas a Irlanda, Grecia, España, Italia, etc. Voy a contarles la historia que me fue confiada por responsables económicos europeos en relación con los últimos episodios caóticos en Grecia y en otras economías europeas deudoras y presupuestariamente deficitarias. (Faltan los detalles, puesto que las negociaciones se han desarrollado en el más absoluto de los secretos: lo que sigue es, pues, una reconstrucción.) 

En otoño de 2011, resultaba evidente que Grecia no podría saldar su deuda pública. La UE sacó la conclusión de que había que depreciar esa deuda en un 50%. La alternativa a eso era la quiebra sobre el total de la deuda. Así que, básicamente, la solución para Grecia venía a reproducir lo que había ocurrido con la deuda latinoamericana en los 80, cuando los gobiernos substituyeron la deuda existente y los préstamos bancarios por bonos Brady, así llamados por el secretario del Tesoro de Reagan, Nicolas F. Brady. Esos bonos tenían un principal más bajo, pero al menos se consideraba seguro su cobro Y en efecto, se hicieron los pagos.

Esa quita griega del 50% parecía radical, pero los bancos europeos ya habían cubierto sus apuestas y subscrito seguros de impagos: los bancos norteamericanos se hacían cargo de buena parte de esos seguros.

En diciembre de 2011, un cuarto de siglo después de Brady, el secretario del tesoro de Obama, el señor Geithner, viajó a Europa para reunirse con los dirigentes europeos y exigirles que Grecia depreciara su deuda sobre la base de quitas voluntarias por parte de bancos y acreedores. Explicó que los bancos norteamericanos habían apostado a que Grecia no quebraría, y que, por lo mismo, su situación patrimonial neta era tan precaria que, si tenían que pagar por su mala apuesta, irían a la quiebra. 

Según me contaron los banqueros alemanes la situación, Geithner amenazó con cargarse a los bancos y a las economías europeas, si no se allanaban a pagar el pato y cargar ellos con las pérdidas: los bancos estadounidenses no tenían que pagar por los seguros colateralizados de impagos (CDOs) y por otras apuestas en las que habían vertido miles de millones de dólares.

Los europeos estallaron de indignación. Pero Geither terminó por ofrecerles un trato. De acuerdo: la Casa Blanca permitirá la quiebra de Grecia. Pero los EEUU necesitan tiempo.

Convino en abrir una línea de crédito de la Reserva Federal al Banco Central Europeo (BCE). La Fed suministraría dinero para prestar a los bancos en el ínterin cuando las finanzas de los gobiernos europeos  desfallecieran. Se daría tiempo a los bancos para que pudieran deshacer sus garantías de quiebra. Al final, el BCE sería el acreedor. El BCE –y presumiblemente, la Fed— cargarían con los costes, “a expensas del contribuyente”.  Los bancos estadounidenses (y probablemente también los europeos) evitarían así cargar con unas pérdidas que se llevarían por delante su situación patrimonial neta.

¿Cuáles son realmente los detalles de este acuerdo? Lo que sabemos es que los bancos estadounidenses están retirando la renovación de sus líneas de crédito a los bancos y a otros prestatarios europeos a medida que van expirando. El BCE actúa para cubrir la brecha. A eso se le llama “suministro de liquidez”, pero más parece un suministro de solvencia en una situación de insolvencia básica. Después de todo, una deuda que no puede devolverse, nunca se devuelve.

La idea de Geithner es que lo que una vez funcionó, puede volver a funcionar. Cuando la Reserva Federal o el Tesoro cargan con una pérdida bancaria, lo que hacen, simplemente, es imprimir deuda pública o abrir un depósito para los bancos en el banco de la Reserva Federal. La opinión pública no ve eso de manera tan perspicua como cuando le arrebatan directamente el dinero. Y el gobierno se limita a decir que se trata de “salvar al sistema financiero”, sin mencionar el coste del asunto “a expensas del contribuyente” (¡no a expensas de los bancos!).
Es un regalo.

Michael Hudson es ex economista de Wall Street especializado en balanza de pagos y bienes inmobiliarios en el Chase Manhattan Bank (ahora JPMorgan Chase & Co.), Arthur Anderson y después en el Hudson Institute. En 1990 colaboró en el establecimiento del primer fondo soberano de deuda del mundo para Scudder Stevens & Clark. El Dr. Hudson fue asesor económico en jefe de Dennis Kucinich en la reciente campaña primaria presidencial demócrata y ha asesorado a los gobiernos de los EEUU, Canadá, México y Letonia, así como al Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación. Distinguido profesor investigador en la Universidad de Missouri de la ciudad de Kansas, es autor de numerosos libros, entre ellos Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire.
Sin Permiso
 Traducción para www.sinpermiso.info: Mínima Estrella

martes, 17 de enero de 2012

UE: La disciplina presupuestaria, un excelente negocio para los bancos

Poco antes de Navidades, los bancos se encontraron con el “ahora te toca a tí”: el Banco Central Europeo (BCE) ha ofrecido un marco crediticio completamente nuevo: la gigantesca suma de casi medio billón de euros, a tres años y un interés tan bajo –un uno por ciento, el actual tipo de interés oficial del banco central–, que parece sacado de un cuento de hadas. Y los clientes se sirven ávidos, entre otras cosas porque el BCE acepta prácticamente todos los empréstitos de los países de la eurozona como garantías. Los negocios bancarios son fluidos, pero eso ayuda poco. El comercio interbancario sigue estancándose porque los bancos no se fían los unos de los otros mientras avanzan por este camino, así que no puede hablarse de un boom en los créditos de inversión. 

¿Adónde fue el dinero? Algunos bancos han comprado bonos públicos, España e Italia pueden colocar con éxito sus títulos de deuda de dos a cinco años, pero la mayoría de bancos quieren poner su dinero de inmediato en las cajas fuertes del BCE. Y esas cajas fuertes rebosan: más de 450 mil millones de euros descansan ya en ellas. Los bancos nadan en dinero y son, como siempre, histéricos acreedores del estado. Puede verse como si hubiera sido favorable para el BCE comprar bonos públicos de los países que atraviesan problemas económicos y embolsarse con ello los intereses. Pero el gobierno alemán lo rechaza, porque un procedimiento así supuestamente socava la disciplina presupuestaria. 

Con el antiguo Presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, se compraron abiertamente en los mercados secundarios bonos soberanos por un valor total de 300 mil millones de euros. Con su sucesor, Mario Draghi, sucede todo lo contrario: a los bancos privados se les inyecta dinero barato para que sigan comprando los bonos del tesoro de los países de la zona euro, refinanciándolos y enriqueciéndose en el proceso. Por desgracia el BCE pierde así dinero e influencia. De adquirir directamente los bonos, de los intereses se beneficiarían los países miembros. Una venta así, o créditos directos del BCE a países como Grecia, Portugal o España, podrían además estar vinculados a una demanda, completamente razonable, de impulsar una restructuración de las débiles economías del sur en lugar de recetarles un ahorro a cualquier precio. 

Por desgracia el gobierno de Merkel bloquea esta opción debido a una mezcla de ignorancia y de arrogancia. En vez de unos eurobonos relativamente baratos, en vez de una venta relativamente eficaz de bonos de los países en crisis, en vez de créditos efectivos de los bancos centrales (tanto da si del BCE o de uno de los bancos revalorizados por las medidas de rescate), se toman desvíos y caminos ocultos. ¿Por qué? No para otra cosa que para rescatar a los bancos europeos, que en el 2012 se enfrentarán a una exigencia de refinanciación tan elevada como la que tienen como los países en crisis de la zona euro. 

Con gusto
Los cínicos observarán que los alemanes pueden permitirse perder dinero con esta crisis financiera. Al fin y al cabo se han aprovechado hasta la fecha como pocos de la erosión del euro, y no en poca medida. Es más: cuanto más se demore una solución a la crisis, tanto mejor para el fisco alemán. Wolfgang Schäuble puede endeudarse tan barato como ningún otro ministro de Finanzas antes de él pudo hacerlo: los últimos bonos del estado alemán en diciembre y enero se vendieron a 3'8 y 1'8 veces su valor respectivamente. Los inversores toman con agrado los bonos federales e incluso se permiten beneficios negativos sólo para poder prestar dinero al estado alemán. El gobierno federal se ahorra así un mes tras otro miles de millones en impuestos. 

No hay que olvidar que cuanto más y durante más tiempo decaiga el valor del euro, mejor para las exportaciones alemanas. El estado alemán gana además miles de millones con los créditos del rescate a Grecia, Irlanda y Portugal. Y con todo, muchos alemanes creen aún que son los maestros pagadores de la crisis y siguen a su gobierno, que agitando el sempiterno fantasma de la inflación intenta evitar que el BCE juegue en la crisis su papel de banco de crédito de último recurso.

De hecho, este banco central se ha alejado desde mayo de 2010 crecientemente del modelo del Bundesbank a partir del cual se construyó. La sagrada estabilidad de precios ya no gobierna en solitario, pero el cambio hacia una política monetaria y de deuda pragmática y a la medida de la situación de la crisis en Europa aún no se ha alcanzado, toda vez que se arrastra a todos los demás a los antediluvianos conceptos de disciplina presupuestaria y de ahorro y con ello se prolonga la crisis. A pesar de toda la marea de dinero, el discurso en la zona euro no puede ser el de la inflación, pues la tasa de inflación incluso desciende mientras el desempleo siga siendo elevado y los países de la zona euro extremen su política de ahorro y hundan el gasto social. Cuanto más conduzca el gobierno federal a sus socios de la Unión Europea a la recesión con sus dogmas de ahorro, menor será el riesgo de inflación. 

Nadamos en dinero y no avanzamos ni un sólo paso. Al contrario, la danza de los mercados continúa, pues hasta abril han de refinanciarse los bonos públicos de España, Italia y, no en último lugar, Francia con cientos de miles de millones de euros en juego. La política monetaria del BCE, en principio expansiva, es conducida con la ideología de ahorro por un camino extraviado, tan equivocado como caro, del cual se aprovechan unos cuantos centenares de bancos. Y, al mismo tiempo, es contrarrestada por una política fiscal en extremo restrictiva.

Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.
Sin Permiso
Traducción parawww.sinpermiso.info: Àngel Ferrero

lunes, 16 de enero de 2012

Seis principios para liberarse de la dominación de los mercados en nuestras sociedades. Red europea ATTAC

Attac reivindica un control democrático de las finanzas publicas, a través de un banco central que dé el dinero directamente a los gobiernos y un control público del sector bancario.

Attac reivindica entre otras cosas que se realicen auditorías de la deuda y la cancelación de la deuda ilegítima y que los bancos y las entidades financieras privadas asuman sus pérdidas.

La crisis europea y la coordinación de acciones a nivel europeo han sido los principales temas de debate en la reunión de la red europea de ATTAC que se ha celebrado este fin de semana en Barcelona.

"Desde 2007, una crisis global está sacudiendo el mundo entero. Y la Unión Europea, en vez de ser parte de la solución, ha sido incapaz de cambiar su orientación neoliberal, empeorando esta crisis económica, social y democrática. Las políticas que la UE ha impulsado y que hicieron que se crease el Banco Central Europeo (BCE) y el euro, han cedido el control de nuestra economía a los bancos privados y los mercados financieros", señala la organización en un comunicado.

Para Attac, 'la troika' -La Comisión Europea, el BCE y el FMI- y los gobiernos de la UE "son responsables de imponer unas medidas de austeridad injustas, que hacen pagar a la ciudadanía por deudas que ellos no han generado. El modelo neoliberal de integración europea ha empeorado la brecha existente entre los países de la UE y además ha aumentando el dumping social y fiscal".

También denuncian que "las políticas de la UE han empeorado la crisis democrática, imponiendo procesos tecnocráticos sobre las decisiones de los parlamentos con las políticas de reducción del déficit".

La red europea de ATTAC se opone frontalmente al "desarrollo neoliberal de la integración europea y al euro tal y como esta diseñado en la actualidad, porque subordinan las necesidades de las personas a los intereses de los mercados financieros. Una posible salida del euro o una mayor integración en Europa, no responden ni de lejos a los principales problemas de esta crisis. Lo más urgente ahora es liberarse de la dominación de los mercados financieros y promover una mayor coordinación en la aplicación de políticas a nivel económico, monetario, social y ecológico, recuerdan.

Con este objetivo, Attac emplaza a los ciudadanos y los movimientos sociales a "luchar a nivel nacional y europeo para cambiar las normas en las que se basa el actual orden económico e institucional y hacer que otra Europa sea posible".

Los principios para romper con la dominación de los mercados financieros en nuestras sociedades pasan por una mayor coordinación en la aplicación de políticas progresistas en lo económico, monetario, social y ecológico, mediante:

1. Control democrático de las finanzas públicas a través de préstamos directos de los bancos centrales a los gobiernos  y control público del sector bancario.

2. Auditorías de la deuda y cancelación de deudas. Las entidades financieras y demás actores financieros privados deben asumir su parte de pérdidas.


3. Aumentar de forma coordinada la imposición fiscal sobre riqueza y beneficos empresariales y acabar con la evasión fiscal.


4. Poner punto final a las políticas de austeridad


5. Reinstaurar y ampliar los servicios públicos.


6. Promover políticas industriales y otras políticas públicas que reduzcan los desequilibrios de la balanza comercial, avancen la transición ecológica de las economías, promuevan el empleo y expandan los derechos sociales a escala europea.

 
 Red Europea ATTAC
Barcelona. Enero 2012

http://www.nuevatribuna.es/articulo/economia/2012-01-16/-7-principios-para-liberarse-de-la-dominacion-de-los-mercados/2012011611045700772.html



sábado, 14 de enero de 2012

La insuficiente recaudación fiscal de España vista en la perspectiva de la UE

En la colección Statitics in Focus de Eurostat se acaba de hacer pública el segundo material de Economía y Finanzas del que es autor Laura Wharig. Con “Ingresos fiscales en la Unión Europea” se tiene una primera aproximación a la estabilización de los mismos en Europa en dicho año 2010, después de tres años caída. Es interesante ver la publicación en su conjunto, pero para poder apreciar en un solo gráfico la diferencia de los ingresos fiscales en relación al PIB para cada Estado Miembro (y poder valorar por tanto la posibilidad de financiación real de las políticas para la salida de la crisis) busquen ustedes España en el ranking de países de la UE y de la EFTA (sus iniciales, ES) y valoren tres cuestiones:

1- Hasta qué punto era ridícula e increíble la afirmación de Mariano Rajoy antes de las elecciones generales cuando, casi imitando a Bush padre y faltando a su palabra tanto como él, poco le faltó para que nos dijera lo de “lean mis labios, no más impuestos”… cuando estamos en la cola de la cola. La evidente mentira electoral de Rajoy sobre no subir los impuestos salta a la vista si encuentran a España en el ranking, y a pesar de que –fiel a sus patronos– ha subido con las últimas medidas la presión fiscal para todos menos para los más ricos, la monarquía y la iglesia (también exenta del IBI) y los poderes financieros.

2- Lo imprescindible que es combatir el fraude fiscal y aumentar la tributación de las rentas de los poderosos y defraudadores (leer aquí también SICAV), del capital y de patrimonio para conseguir acercarnos en tributación a la media europea y poder tener, como la mayoría de países de nuestro entorno, capacidad real de financiación de políticas que permitan capear el temporal con desigualdades más soportables.

3- De lo que recauda el Estado –y más con las políticas neoliberales del PP– sabemos que lo primero son los bancos (y casi podríamos añadir que a continuación se alimenta –mientras no se combata a fondo– la lacra de la corrupción). El escaso resto que queda sirve para justificar los recortes antisociales y anti derechos humanos de las políticas de educación, sanidad, sociales… ¡Y luego dirán que España ya dejó atrás los años y vicios del franquismo y es un estado europeo democrático perfectamente homologado!


En el año 2010, los ingresos fiscales (incluidas las contribuciones sociales) en la UE-27 se situaron en el 39,6% del PIB, representando más del 91% de los ingresos totales del gobierno. La proporción de los ingresos fiscales respecto al PIB en la zona euro (UE-17) fue ligeramente superior en la UE-27, en un 40,2%. Como muestra el gráfico 2, la proporción de ingresos fiscales respecto al PIB fue mayor en Dinamarca, Bélgica y Suecia (48,5%, 46,4% y 46,3% respectivamente), mientras que tendió a ser menor que el promedio en los países que ingresaron en la UE a partir del año 2004, y los porcentajes más bajos se registraron en Bulgaria y Lituania (ambos 27,4% del PIB) y Letonia (27,5% del PIB).

Entre los países que ingresaron en la UE a partir del 2004, Eslovenia registró el mayor porcentaje de impuestos en relación al PIB, pero aún así, los ingresos fiscales en Eslovenia siguen estando por debajo de la media de la UE-27.

Entre los países que ingresaron en la UE antes de 2004, Irlanda (29,8% del PIB), España (32,9% del PIB) y Grecia (33,2% del PIB) registran la menor recaudación de impuestos.

Àngels Martínez i Castells 
Punts de vista
http://puntsdevista.wordpress.com/2012/01/08/la-insuficiente-recaudacion-fiscal-de-espana-vista-en-la-perspectiva-de-la-ue/

viernes, 13 de enero de 2012

La UE frente a la crisis

El autor, del consejo de redacción de www.economiacritica.net, repasa las trampas del proceso de integración europeo para las economías periféricas y propone una alternativa inspirada en el Plan Keynes.

El 9 de diciembre los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la zona euro adoptaron su enésimo acuerdo para intentar salvar la moneda única. Una vez más, confiaron dicha salvación al equilibrio de las cuentas públicas. La obligación de limitar por vía constitucional el déficit, que en verano nuestro Parlamento aprobó sin consulta democrática alguna, fue adoptada como norma común. Esta limitación se ha convertido en una de la claves para asegurar la imposición de las medidas de ajuste estructural a lo largo y lo ancho del continente. La UE no ha hecho sino arrogarse el papel desempeñado por el FMI en África, América Latina y Asia en los ‘80 y ‘90, con lo que las consecuencias del ajuste comienzan a ser las mismas: una perpetuación de la recesión económica y una cada vez más profunda dislocación social. 

En realidad, el proceso de integración europeo ha sido desde su inicio una trampa, tanto para las economías periféricas de la UE como para el conjunto de las clases trabajadoras de ésta. Por un lado, la implantación del mercado común generó una dinámica de competencia interna que ha derivado en una desigual división del trabajo entre las distintas economías de la Unión, un profundo desequilibrio comercial entre ellas y una generalizada presión a la baja sobre los salarios. Antes de la llegada de la crisis, los síntomas de que dicha dinámica estaba muy lejos de cumplir con la prometida “convergencia europea”, como el incremento de los déficits comerciales de los países periféricos, fueron pasados por alto. Una vez llegada aquélla sus estados se han tenido que enfrentar a esa realidad sin poder devaluar la moneda para reducirlos y aminorar así la deuda generada, la cual es mayoritariamente privada –al menos en el caso de la economía española–. En los mercados financieros se ha dado por hecho que el endeudamiento privado acabará siendo cargado al Estado y por esa razón han subido los tipos de interés a los que compran los títulos de la deuda pública.

Por otro lado, la adopción de la moneda única tuvo como precondición la independencia del BCE respecto de cualquier poder democrático y la subordinación de su acción al control de la inflación. Esto ha impedido ahora frenar el círculo vicioso de subida de los tipos e incremento de la deuda, ya que, frente al empeoramiento de la tan manida prima de riesgo, la prohibición de que el BCE preste a los estados ha imposibilitado a éstos recurrir a aquél para financiarse. De modo que, escudándose en la presión de los mercados, los gobiernos han tenido una respuesta única frente a la crisis creada: sucesivos anuncios de medidas de austeridad que han llevado los recortes del gasto público a un grado que parecía imposible alcanzar. En una economía como la española, en la que la deuda pública se encuentra en niveles comparativamente muy bajos –61% del PIB frente al 145% de Grecia o al 83% de Alemania–, el problema original del endeudamiento de bancos, empresas y familias ha derivado en una amplia pérdida de servicios públicos y derechos sociales.

En esta situación, se ha generado un debate entre distintos economistas críticos europeos y norteamericanos sobre la conveniencia o no de abandonar el euro para lograr una salida progresista a la crisis. En realidad, tanto si se apuesta por ese abandono como si se hace por un intento de reforma de la UE, parece inevitable tener también que pensar en esquemas alternativos de integración, ya que, incluso en el primer caso, los países que dejasen la moneda única se verían probablemente abocados a algún tipo de acuerdo entre ellos. Con el objetivo de cortar la sangría que está suponiendo la crisis de la deuda, se haría indispensable recuperar el control democrático sobre el o los bancos centrales y hacer posible la financiación directa a los Estados por parte de ellos. Sin embargo, para evitar una regeneración de los desequilibrios internos que originaron esta situación, sería almismo tiempo necesario desarrollar otro esquema de relaciones comerciales y financieras.

En este sentido, el Plan Keynes, la propuesta del economista inglés de mismo nombre para la reconstrucción de la arquitectura internacional de postguerra, alternativa a la que finalmente se adoptó en torno al patrón orodólar y al FMI y el BM, podría suponer una inspiración. Dicho Plan pretendía crear un sistema monetario, comercial y financiero internacional que facilitase unas relaciones equilibradas entre economías. Para ello proponía: uno, la instauración de una moneda internacional que evitase los privilegios de que una moneda nacional se convirtiese en la de uso internacional mayoritario; dos, la creación de una cámara internacional de pagos en la que anotar las exportaciones e importaciones de los países, cuyos montantes totales serían compensados, unos con otros, cada cierto período; y, por último, y lo que es más importante, el establecimiento de mecanismos correctores para que cualquier país cuya balanza comercial se alejase del equilibrio –no sólo los deficitarios, sino también los superavitarios–, se viese obligado a volver a él. Para lograrlo pensaba en gravar con una tarifa el mantenimiento de saldos comerciales tanto por debajo como por encima de una cuota máxima que se le asignaría a cada país. Esto implicaba corresponsabilizar a las economías superavitarias en la corrección de las balanzas negativas de las deficitarias, una concepción opuesta a la implícita en las medidas de ajuste estructural exigidas por el FMI y la UE.

Tanto si este esquema se aplicase a una reforma de la UE, como si se hiciese a un acuerdo entre varios países fuera del euro, esas medidas se podrían complementar con la obligación a las economías superavitarias de utilizar sus saldos excesivos para la financiación de inversiones productivas –de carácter público o estatal– en las deficitarias. Así se proyecta hacer en el único proceso de integración en el que, por ahora, se han intentado aplicar estos principios: la creación en 2009 del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE) por parte de los países de la ALBA. Aunque sería necesario articular adecuadamente la propuesta, utilizar un mecanismo similar podría tener varios efectos positivos: primero, convertiría la lógica de la competencia comercial en la de la complementariedad productiva; segundo, permitiría equilibrar las relaciones comerciales y financieras entre economías, transformar la estructura productiva de las periféricas y lograr una convergencia económica real. Finalmente, además de que tendría que acompañarse de diversas conquistas laborales y, en último término, de una toma de control democrático sobre el proceso productivo, ayudaría a eludir el ajuste como lógica de salida de la crisis.

Ricardo Molero Simarro
Diagonal

lunes, 2 de enero de 2012

Las cinco grandes mentiras para salvar a la banca

Una fina lluvia cala a los europeos. Un goteo de argumentos que, a base de repetición, se quieren transformar en dogma. Se dice que el Banco Central Europeo (BCE) no puede prestar dinero directamente a los estados. Se dice que la crisis nacida con las subprime es ahora una crisis de deuda soberana. Se dice que hay que apretarse el cinturón para que vuelva la confianza del mercado para que los estados dejen de pagar intereses insostenibles por su deuda. Un nutrido grupo de expertos se lleva las manos a la cabeza. ¿Qué hay de verdad y qué no en el discurso de los líderes europeos? El Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha denunciado que "el BCE está anteponiendo el interés de los bancos al de los países y los ciudadanos". En España, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, Juan Torres, ha escrito que "lo único que se está consiguiendo es privilegiar a la banca, que se hace con el muy rentable negocio de financiar a los estados y ni siquiera con sus propios recursos, sino con los que les da el BCE". Para colmo, añade Torres, se está provocando "un deterioro generalizado de la situación económica". ¿Ha dejado en algún momento de ser esto una crisis de la banca?

01. EL BCE
No financia a estados

El Tratado de Maastricht prohíbe expresamente que el BCE financie a los estados de la moneda única. En defensa de la ortodoxia la autoridad monetaria, con la canciller Angela Merkel dictándole el camino a seguir, se ha negado a cualquier fórmula que pudiese aliviar las tensiones del mercado de la deuda pública. Se niega a comprar títulos en las subastas, se niega a comprarlos de forma masiva en el mercado secundario y se niega a que se dé ficha bancaria al fondo de rescate para que pueda financiarse en la barra libre del BCE. La última ha sido negarse a prestar dinero al FMI para que este ayude a los países europeos con problemas. Al presidente del BCE, Mario Draghi, la idea le pareció un atajo para saltarse las normas. Pero ¿no es la banca otro atajo por el que se está obligando a pasar a los estados? Buena parte de las ingentes inyecciones de liquidez a la banca a lo largo de la crisis ha ido a comprar deuda.

La banca recibe liquidez a precios mínimos (actualmente al 1%) en la barra libre del BCE, entregando como garantía casi cualquier cosa. Y compra con ello deuda cada vez más cara. Es fácil pervertir el mecanismo y forzar altas rentabilidades. Las primas de riesgo (diferencia entre la rentabilidad que se exige al bono a diez años de cualquier país con respecto al alemán) se disparaban en los días previos a las subastas porque los bancos vendían en el mercado secundario deuda comprada anteriormente, menos rentable. La venta masiva hacía que se disparase la rentabilidad exigida. Además, se compraban de forma masiva CDS (seguros contra el impago de la deuda que no necesitan tener deuda realmente). Como existen muy pocos en el mercado, si se concentran órdenes de compra, el precio del seguro se dispara, lo que es interpretado como un aumento del riesgo de la deuda y eleva de nuevo la rentabilidad exigida.

El precio en el mercado secundario, que se toma como referente para las subastas, disparaba el precio de la emisión, que es el que paga el bolsillo de los contribuyentes.

España, cuyos niveles de endeudamiento público respecto al PIB están 20 puntos por debajo de los de Alemania, ha llegado a pagar por letras a 12 meses más de un 5% de interés y por bonos a diez años más de un 7% (cuatro puntos porcentuales más que Alemania). En las subastas, la demanda ha duplicado y en muchas ocasiones triplicado la cantidad adjudicada.

Se calcula que los préstamos de liquidez del BCE a la banca rondan actualmente los 880.000 millones. Tano Santos, catedrático de la Columbia Business School, no tuvo ningún pudor en decir recientemente en una jornada sobre el euro organizada por Fedea que la banca está utilizando la deuda pública para sanear sus balances y añadió, de paso, que era bueno que provocasen esa tensión en los precios de los bonos, porque así fuerzan a los gobiernos a realizar las reformas.

02. RECORTES
El mercado castiga la deuda y el déficit

No son los estados los que están enfermos. Necesitan ajustes, pero es la banca europea la que invirtió en activos de riesgo que siguen en sus balances como hipotecas subprime, en el caso de la francesa, osuelo y ladrillo, en la española.

Con el grifo del crédito cerrado y la economía agonizando, a la Autoridad Bancaria Europea (EBA) no se le ha ocurrido otra cosa que imponer unas normas de solvencia más estrictas que las previstas en Basilea III que van a obligar a recapitalizar la banca antes de mediados de 2012. Se calcula que se necesitarán unos 114.000 millones. ¿De dónde saldrán?

Cuando llegó julio y la exministra de Economía de Francia Christine Lagarde fue nombrada directora gerente del FMI, activó la alarma contra la banca europea. Avisó de que estaba enferma en lugar de haber solucionado el problema cuando era la máxima responsable en su país. Se cortó la financiación en dólares desde EEUU a la zona del euro. El circuito del crédito entre bancos se volvió a secar. Nadie se fiaba de nadie.

El 27 de agosto, con las primas de riesgo disparadas en Europa hasta niveles apocalípticos, Lagarde se dirigió al mundo desde el encuentro tradicional que mantienen cada año los banqueros en la estación de esquí de Jackson Hole (Wyoming, EEUU). Dijo que la banca europea necesitaba una "recapitalización urgente". Habló de una posible "crisis de liquidez", despertando el fantasma de Lehman Brothers, si no se solucionaba. Y dijo que "habría que utilizar fondos públicos". Otra vez.

Mientras en Europa se impone la tijera, el único gasto público que se está sacralizando son los intereses de la deuda, que se lleva la banca. España ya los ha convertido en sagrados en su Constitución al mismo tiempo que ha impuesto que haya un límite al déficit estructural para recortar de todo lo demás. Un reciente informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) señalaba que España ha conseguido recortar un punto porcentual su déficit eliminando las políticas extraordinarias de impulso a la economía, pero que la mitad de ese recorte se la ha comido el aumento de los intereses de la deuda.

03. EL GRIFO DEL CRÉDITO
El BCE presta el dinero a la banca para que circule hacia la economía real

El BCE dijo, al anunciar las últimas medidas extraordinarias para inyectar liquidez a la banca, que era para que el dinero llegase a familias y empresas. Pero la banca estábloqueando el dinero para atender a los vencimientos de su deuda y sus necesidades de recapitalización. La semana pasada, después de haber tomado prestado medio billón al 1% en la subasta a tres años del BCE, llegaron a depositar en el propio BCE 452.034 millones.

Se estima que las españolas pudieron tomar prestados hasta 100.000 millones en la subasta a tres años y es probable que hayan incrementado también la cantidad bloqueada, puesto que llevan haciéndolo desde julio, cuando volvieron los problemas de desconfianza entre los bancos. Según el último informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, debido a "las dificultades en el acceso a la financiación en los mercados", las "entidades españolas", entre febrero y septiembre de 2011, "incrementaron su apelación bruta" a la liquidezdel BCE "en 31.280 millones de euros (64% más), mientras que el aumento del saldo vivo se cifró en 145.995 millones (33%más)".

Y no sólo se quedan con lo que les llega del BCE. Tampoco transforman en crédito a familias y empresas los ahorrosque captan. Según el mismo boletín del Banco de España, "la expansión continuada de los depósitos tomados de empresas no financieras y familias contrasta con la notable desaceleración y, en los últimos trimestres, caída del crédito a estos sectores. De este modo, el diferencial entre la tasa de crecimiento de los depósitos con respecto a la del crédito ha pasado a ser positivo (mayor captación de depósitos en relación con el crédito concedido) desde mediados de 2008 hasta la actualidad".

A finales de 2008, había concedidos créditos y préstamos en instituciones financieras españolas por un total de 2,45 billones de euros. A finales de 2010 eran 2,40 billones. Se habían esfumado en dos años 50.000 millones del circuito del crédito.

04. BURBUJA
Es culpa de todos

Es fácil conocer a alguien que compró más de una casa para especular, que quiso sacar rentabilidad de una inversión cuyo valor crecía a doble dígito año tras año. Lo hicieron particulares y lo hicieron empresas de cualquier sector.

El crédito fácil y barato sedujo a las familias, que se endeudaron para comprar inmuebles y, con esa garantía real, incluyeron en el préstamo el automóvil o las vacaciones. Al margen de cuánto contribuyeron los poderes a mantener la ilusión de que no había riesgo (con declaraciones como las del actual ministro de Economía, Luis de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro, en 2003, negando la existencia de una burbuja inmobiliaria cuando formaban parte del Gobierno de José María Aznar), los males de la banca, desde luego de la española, no están en el crédito a las familias.

Según el Banco de España, los activos dudosos del crédito al sector privado, que mantiene cifras de incremento cercanas al 25% internanual, "se derivan del crédito concedido a empresas de construcción y promoción inmobiliaria. Para el resto de empresas, el ritmo de avance es inferior al registrado un año antes".

Y, en un país con cinco millones de desempleados, los créditos dudosos de las familias se mantienen en un porcentaje muy bajo sobre el total y no hacen sino disminuir desde hace un año. La ratio de dudosos para familias se mantuvo prácticamente estable (3%) entre junio de 2010 y 2011. La tasas de préstamos dudosos concedidos a familias para adquisición de vivienda se situaba en el 2,44%. El crédito a empresas de construcción y promoción alcanzaba en la misma fecha un porcentaje de dudosos de cobro del 17,1%, frente al 10,9% de un año antes.

05. PROMESAS
Normas a la banca que nunca llegan, como la 'tasa Tobin'

Aquello de refundar el capitalismo, las promesas de regular a la banca se quedaron en nada. De forma intermitente y paralela siempre a otras decisiones se alude a la inminente creación de la tasa a las transacciones financieras, la famosa tasa Tobin, que gravaría con un pequeño porcentaje los movimientos de capital, poniendo así freno a la especulación. Cuando no son los líderes europeos los que no se ponen de acuerdo, es el presidente de EEUU, Barack Obama, quien se muestra en contra.

Ana Flores
Público