La discusión acerca de si el gobierno de Rajoy va a pedir o no el
rescate es, en gran medida engañosa. Como ya hemos explicado en otras
ocasiones, España lleva intervenida desde, al menos, verano de 2011 bajo
un mecanismo de intervención al que, a falta de un nombre mejor, hemos
llamado rescate por goteo.
A partir de aquí, y a falta de la cantidad necesaria para un rescate a
la griega, en España el problema de la UE, BCE, Alemania y las finanzas
es disciplinario y consiste en vincular visiblemente las operaciones de
alivio de la carga de la deuda a las contrapartidas en términos de
recortes y privatizaciones. Esto se puede hacer manteniendo la
apariencia de soberanía nacional del gobierno de España, el mecanismo
preferido por la UE, o mediante una formula de intervención más
contundente que visibilice el poder europeo y que, por tanto, lo exponga
a una confrontación directa con la ciudadanía sin el “tapón” del
gobierno nacional.
La primera fórmula, más cauta políticamente, es la que esta ahora mismo funcionando, bajo la estela del impasse que causó el anuncio de compras, o las compras efectivas -esto nunca se sabe- de bonos nacionales por parte del BCE.
No poder desplegar plenamente los mecanismos del rescate puede
ralentizar, y está ralentizando, los tiempos de control de los recursos
por parte de los agentes transnacionales pero las pausas tácticas no
pueden durar para siempre, y ya se está exigiendo al gobierno de Rajoy
el anuncio de nuevas series de recortes, probablemente en el
subsidio de desempleo y en la edad de jubilación, y nuevos ataques a
sueldos y puestos de trabajo de personal del sector público.
Estos recortes van a coexistir con anuncios de recortes y
privatizaciones en sanidad y educación a escala autonómica que, con
distintas temporalidades, van a reforzar el malestar que generen las
decisiones del Estado.
También cabe la posibilidad de que se endurezca la posición de Europa
y se planteen los mecanismos de contrapartidas en una forma “rescate”
más canónica mediante Memorándums de Entendimiento que fijen las privatizaciones y recortes.
Dados los ritmos con que está desplegando la crisis en España es poco
probable que esto pase en el corto plazo. Insistimos en que tanto España
como la UE tienen interés en que España mantenga su apariencia de
Estado soberano. Un ataque en bolsa sobre los bancos españoles o un
repunte fuerte de la prima pueden forzar que esto cambie y haya que
instrumentar una nueva fase del rescate por goteo, que vaya directamente
al Estado o a los Bancos, que estamos viviendo. Es importante tener en
cuenta que aunque los medios lo llamarán "rescate total", es sólo una fase temporal de un mecanismo de rescate diferido.
El problema del “rescate” español, diríamos más bien de las
modalidades de intervención de la economía española, no son
independientes de la comunicación política. En este campo el problema
fundamental consiste en buscar “causas” que corroboren la narrativa mainstream
sobre la crisis tanto a escala europea como a escala española para unos
efectos, recortes y privatizaciones, ya dados de antemano. Así se
entiende, que nunca en los últimos meses hayamos estado tan cerca de un
endurecimiento de los mecanismos de intervención como tras la caída de
Monti en Italia. En realidad, los movimientos de la prima de riesgo no
fueron reseñables durante esos días y, sin embargo, no se dudó en hablar
de “contagio”, “terremoto”y, sobre todo, “rescate”. Lo que sucedió se
sitúa en el orden de la ideología: se pudieron asociar unas “causas”
aceptables (la crisis política italiana) a unos efectos dados de
antemano (recortes y privatizaciones). El acontecimiento simbólico se
produce y se puede presentar limpio de cualquier causalidad sistémica.
Esto es importante políticamente, porque cuanto más lejos se está del
acontecimiento más cerca se está de descubrir que está operando una
implacable lógica del beneficio financiero que, aunque recupere el curso
de los acontecimientos para acelerar los picos de extracción de
beneficio no necesita de ellos para gobernar el proceso de acumulación
financiera en Europa. Y cuanto más cerca se está de asumir que es la lógica del beneficio la que está operando sin piedad
menos posibilidades tiene de salir adelante el combate entre simulacros
de europeísmo (Monti) y simulacros de soberanía nacional (Berlusconi)
que amenaza con ponerse en el lugar de los cada vez más fallidos
bipartidismos como régimen político dominante para Europa.
Isidro López. Integrante del Observatorio Metropolitano
Diagonal
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