Entre los días 8 y 11 del pasado mes de noviembre tuvo lugar en Florencia el Foro Firenze 10+10,
subtitulado “Joining forces for another Europe”. En el marco de dicho
foro, tuvo lugar también un encuentro de economistas. El encuentro,
convocado bajo el título de Meeting of Economists’ Networks on Another Economic Policy for Europe, había sido convocado por organizaciones europeas de economistas heterodoxos tales como Another Road for Europe (transeuropea), Economistes Atterrés (Francia), Euromemorandum (transeuropea) o Sbilanciamoci! (Italia).
Dicho encuentro, que tuvo lugar los días 9 y 10, contó entre sus
participantes con algunas personas de relevancia dentro del panorama de
la economía crítica europea, como por ejemplo, Susan George, Trevor
Evans, Dany Lang, Frédréric Boccara o Mario Pianta. En total 5
organizaciones, además de las 4 convocantes, participaron en las
discusiones del encuentro: Critical Political Economy Research Network, Econospheres, Transform, Transnational Institute y también econoNuestra. A ellas se sumaron además diversas personas a título individual.
Tras una primera sesión dedicada a abordar diferentes aspectos de la
actual crisis mundial, las siguientes sirvieron para debatir dos
cuestiones: 1) la mejor forma de dar continuidad, de forma
institucionalizada, al encuentro; y 2) la elaboración de una declaración
que sirviera además para dar a conocer tal iniciativa.
Como resultado de la primera, en Florencia nació la Red Europea de
Economistas Progresistas, integrada por las organizaciones participantes
en la reunión así como por otras que se han adherido posteriormente. Al
igual que econoNuestra en el caso español,
esta red sobresale por su vocación para integrar aspectos relacionados
con la investigación y el mundo académico junto con el activismo de
quienes desde distintos puntos de Europa están cuestionando las
políticas económicas actuales y proponiendo la aplicación de otras
nuevas. En este sentido, la red promoverá actividades relacionadas con
la investigación, el diseño de políticas alternativas, la publicación de
artículos de divulgación sobre temas económicos y la organización y
participación en foros y encuentros de activistas (como Alter Summit que se tomó como referencia).
La red, que responde al nombre de EURO-PEN, ha recibido ya más de una
decena de solicitudes de adhesión de otras organizaciones similares
europeas, y en las próximas semanas contará con una página web donde se
subirán los materiales relacionados con sus actividades en varios
idiomas. Se está trabajando en un documento para sacar con motivo de la
reunión del próximo mes de marzo del Consejo Europeo como alternativa al
documento oficial, en la participación en el encuentro de Alter Summit
programado para junio en Atenas y en la organización de algún acto
conjunto con sindicatos europeos, así como algún otro en Italia y
Alemania antes de sus respectivas elecciones nacionales. EURO-PEN
pretende así nutrir a los movimientos sociales de perspectivas
económicas heterodoxas en forma de documentos pero también de
conferenciantes y participantes en actos concretos. De este modo, se
pretende salvar la distancia entre el mundo académico y el de los
movimientos sociales.
Respecto a la segunda cuestión abordada en la reunión, como carta de
presentación de EURO-PEN, se elaboró una declaración y se envió a
diversos medios de comunicación (alcanzando un eco considerable, como
por ejemplo aquí, aquí o aquí). Los seis puntos de la declaración fueron los siguientes:
1. Hay que revocar las políticas de austeridad y revisar radicalmente
la drástica condicionalidad impuesta a los países que reciben los
fondos de emergencia de la UE, empezando por Grecia. Es necesario
levantar las duras restricciones impuestas por el Pacto Fiscal Europeo,
de modo que los países puedan conservar el gasto público, el bienestar y
los salarios, al tiempo que la UE se implique en mayor medida en el
estímulo de la demanda, promoviendo el pleno empleo y siguiendo una
nueva trayectoria de progreso sostenible y equitativo. Las políticas
europeas deberían reducir los desequilibrios externos forzando también a
los países con superávit a ajustarse.
2. Las políticas europeas deben favorecer una redistribución que
reduzca las desigualdades, buscando la armonización impositiva y
acabando con la competencia fiscal. Debe además trasladar el peso de la
presión fiscal del trabajo a los beneficios y la riqueza. Las políticas
europeas deben promover los servicios públicos y la protección social.
Hay que defender la negociación colectiva; los derechos de los
trabajadores son una parte fundamental de los derechos democráticos en
Europa.
3. Para hacer frente a la crisis financiera en Europa –marcada por la
interacción entre una crisis bancaria y una crisis de deuda pública–,
el Banco Central Europeo tiene que actuar como prestamista de última
instancia en los mercados de deuda pública. El problema de la deuda
pública debe resolverse mediante acciones bajo la responsabilidad común
de los países de la eurozona; la deuda debería ser auditada
públicamente.
4. Es necesario reducir de forma radical el tamaño del sector
financiero introduciendo un impuesto sobre las transacciones
financieras, eliminando la especulación e imponiendo el control de los
movimientos de capital. El sistema financiero debe estar bajo control
social; hay que transformarlo para que promueva empleos e inversiones
productivas socialmente útiles y ecológicamente sostenibles.
5. Una transición ecológica completa permitiría a Europa salir de la
crisis. Europa debe reducir su huella ecológica y su consumo de energía y
de recursos naturales. Sus políticas deben favorecer nuevas formas de
producir y consumir. Un amplio programa de inversiones que promueva la
sostenibilidad puede generar empleos de alta calidad, desarrollando
competencias en nuevos campos de innovación y ampliado las posibilidades
de acción a nivel local, especialmente en lo que se refiere a los
bienes públicos.
6. Hay que reforzar la democracia a todos los niveles en Europa. Es
necesario reformar la Unión Europea y revertir el proceso por el que,
desde que empezó la crisis, el poder ha quedo concentrado en manos de
unos pocos Estados y de instituciones poco democráticas. El objetivo es
conseguir una mayor participación ciudadana, un papel más relevante por
parte del Parlamento Europeo y un control democrático significativo
sobre las decisiones clave.
La declaración terminaba proponiendo un cambio de rumbo en las
políticas europeas, buscando una alianza entre la sociedad civil, los
sindicatos, los movimientos sociales y las fuerzas políticas
progresistas para sacar a Europa de la crisis originada por le
neoliberalismo y las finanzas. La Red Europea de Economistas
Progresistas pretende contribuir a este cambio.
Miembro de econoNuestra, investigador en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales y en la Universidad Nacional de San Martín
Público.es
http://blogs.publico.es/econonuestra/2013/01/17/hacia-otra-politica-economica/
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