Los riesgos de implosión de la zona
euro han amenguado un poco en meses recientes. Sin embargo, los
problemas no se han resuelto y continuarán dominando la agenda política y
económica europea. La economía continental continúa deprimida; la
crisis de la deuda ha abatido el crédito, la inversión y el consumo en
buena parte de la región. Los programas de austeridad en la mayoría de
los países de la zona impedirán la mejoría en 2013 y el débil panorama
económico seguirá siendo fuente de riesgo. De manera simultánea, el
euroescepticismo está en aumento, y la resistencia a las reformas se
eleva, dado el prolongado periodo de austeridad y la ausencia de
perspectivas de cambio económico. Entre los mayores retos específicos
este año estarán las elecciones en Italia y Alemania.
Grecia
El acuerdo del Eurogrupo y el FMI en noviembre de 2012
para aliviar la deuda griega subrayó el compromiso de los líderes de la
zona de mantener a Grecia en ella. Alemania en particular parece
decidida a impedir un retiro griego antes de las elecciones generales
alemanas de septiembre de 2013. Sin embargo, ese riesgo no ha
desaparecido. Serios disturbios sociales, una depresión más profunda o
un conficto interno en la frágil coalición tripartita gobernante en
Grecia podrían conducir a una nueva elección en algún momento del año.
Es muy probable que una elección temprana sería ganada por el partido
izquierdista Syriza, opuesto a la austeridad. Un gobierno encabezado
por Syriza podría adoptar una postura de confrontación con los
acreedores de Grecia; probablemente rechazaría el programa de
privatizaciones, daría prioridad a aliviar el desempleo y revertiría los
recortes en gasto social. El conflicto entre tal gobierno griego y sus
acreedores internacionales podría conducir a la salida de Grecia de la
zona euro, acompañada de un revuelo en el mercado que podría precipitar
el colapso de toda la zona.
Francia
Los inversionistas observarán de cerca los
acontecimientos en Francia este año para ver si el gobierno socialista
puede avanzar en estabilizar las finanzas públicas y adoptar reformas
dirigidas a frenar el desempleo y revertir una década de descenso en la
participación del mercado de exportaciones. Enfrentados a una economía
que se debilita y a un descenso en el apoyo público, a principios de
2013 el presidente François Hollande y sus ministros trazaron un intenso
programa de actividad legislativa reformista para este año.
Con respecto a las finanzas públicas, el gobierno planea presentar un
presupuesto suplementario para llenar ciertos huecos en los ingresos.
Se espera que en los próximos meses aclare cómo planea concretar los
recortes de 60 mil millones de euros programados para 2014-17. También
necesita presentar pronósticos más creíbles de crecimiento económico.
Reformas en la zona euro
En la cumbre del Consejo Europeo, en diciembre de 2012,
los líderes de la zona euro aprovecharon las condiciones de mayor calma
en los mercados financieros para posponer pláticas sobre fortalecimiento
de los fundamentos de la unión económica y monetaria (UEM), y es
posible que la pausa se mantenga hasta después de la elección alemana de
este año. Posteriormente el avance dependerá de un acuerdo entre
Francia y Alemania sobre compartimiento de responsabilidades y
transferencia de soberanía nacional.
En el curso de 2013 las reformas institucionales orientadas a
fortalecer la UEM se limitarán al trabajo técnico para reforzar la
supervisión bancaria. En la reunión de diciembre, los líderes lograron
un acuerdo sobre la mayoría de los pasos necesarios para instaurar un
mecanismo único de supervisión, basado en el Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, persisten dudas, sobre todo respecto de si el Mecanismo de Estabilidad Europea logrará recapitalizar directamente los bancos y si se aplicaría a los bancos ya en dificultades.
Elecciones en Italia
Es probable que las elecciones en Italia se adelanten dos
meses, a febrero, luego que el primer ministro, el tecnócrata Mario
Monti, ofreció su renuncia en diciembre pasado. El gobierno de Monti ha
aprobado una legislación para reformar el mercado laboral y abrir
sectores económicos protegidos, pero su respaldo político se debilita.
La coalición de centro izquierda parece la mejor colocada para formar el
próximo gobierno, pero es probable que le falte estabilidad. Monti se
ha manifestado dispuesto a regresar al gobierno después de la elección;
es probable que volviera a ser designado primer ministro, pero también
podría ocupar otra cartera.
Elecciones en Alemania
Las próximas elecciones generales en Alemania están
programadas para septiembre de 2013. La canciller Angela Merkel, de la
Unión Demócrata Cristiana (UDC), está en el pináculo de su popularidad
nacional, en parte por su cautelosa postura acerca de la crisis europea.
La UDC va 10 puntos adelante en las encuestas sobre el principal
partido opositor, el Socialdemócrata. La política alemana hacia Europa
apenas sufrirá cambios, sea cual fuere el resultado de las elecciones.
Reino Unido y Europa
Los sucesos en la zona euro tendrán impacto significativo
en otro asunto importante: el futuro de la relación de Gran Bretaña con
otros países europeos. Desde que vetó un proyecto de tratado de la UE
en una agria cumbre, en diciembre de 2011, Reino Unido parece encaminado
a un divorcio con la UE. En tanto los países continentales se ven
forzados a considerar niveles mucho más profundos de integración
institucional para restaurar la confianza en la viabilidad de la zona
euro a largo plazo, GB busca formas de reducir sus relaciones existentes
con la unión. Parece que los recelos entre ambas partes crecerán en el
curso del año.
El primer ministro, David Cameron, planea pronunciar un discurso
decisivo sobre la relación de GB con la UE antes que termine enero, en
el cual probablemente subraye la determinación de la coalición
gobernante (dominada por el Partido Conservador) de rescribir los
términos de membresíade su país en la UE. Los comentarios de los parlamentarios euroescépticos de Reino Unido (de los cuales hay muchos, sobre todo en ese partido) acerca de explotar los prolongados problemas de la zona euro para
obtener un mejor acuerdo para Gran Bretañano han dejado de notarse en otras partes de Europa, y colorearán la percepción continental acerca de GB, a la cual por ahora se le ve como poco cooperativa, si no es que activamente hostil.
Cameron quiere renegociar los términos de la membresía, no que su
país salga de la unión. Sin embargo, es poco probable que otros estados
miembros permitan que GB recupere poderes esenciales y al mismo tiempo
conserve la plena pertenencia a la unión. A la vez, podría ser difícil
cambiar el arraigado euroescepticismo británico. Estas presiones en
conflicto sólo se sumarán a la creciente expectativa de que un referendo
sobre el tema en Reino Unido será inevitable en el próximo periodo
parlamentario.
Traducción de textos: Jorge Anaya
EIU (Economist Intelligence Unit). La Jornada
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