El desempleo ha aumentado de manera significativa en Europa en los
últimos años y toda la fuerza de contención que creó la introducción del
euro el año 2001 se ha desvanecido. Como muestra esta gráfica, el euro
aportó notoria estabilidad hasta el estallido de la crisis subprime.
Pero, desde entonces, cada país ha retomado su senda anterior
confirmando que la estabilización del empleo debe mucho al efecto burbuja que significó la implantación del euro.
El crédito barato que inundó de dinero a países como España, Grecia e
Irlanda ayudó a generar falsas expectativas de bienestar. Ahora con el
desempleo en niveles históricamente altos y con una economía en fuerte
contracción, el euro juega también un rol apremiante.
La abundancia del crédito que generó en los años del boom ayudó a
elevar el nivel de empleo y aumentar el crecimiento. Pero todo se hizo
por caminos de desequilibrio financiero que tarde o temprano se
agotarían. Ahora se constata que todo ello no fue más que un castillo de
naipes levantado sobre una base muy débil amparada en la inconsistencia
del sistema financiero. Una vez descorrido el velo de ese espejismo ha
emergido la fuerza rotunda de lo real desvaneciendo toda la ilusión de
una década. La gran paradoja es que la gran beneficiada de la crisis ha
sido la banca por la vía de los rescates públicos con cargo a los
contribuyentes. La banca no solo ganó en su proceso de hinchar la
burbuja sino que ha seguido ganando en su derrumbe. En la siguiente
gráfica vemos en detalle el desempleo en el período 1999-2009.
Esta gráfica permite apreciar la evolución del desempleo en el
período de mayor expansión del euro. Sólo España y Alemania alcanzaron
por momentos niveles de desempleo del 11,5 por ciento. Pero mientras el
desempleo de Alemania se ubica hoy en el 5,5 por ciento, el de España
supera el 25,1 por ciento. Y Alemania no está libre de este flagelo como apuntamos aquí. Ahora es el FMI el que ha comenzado a reducir las perspectivas económicas para Alemania, y los inversionistas anticipan que España quebrará como Grecia y Francia será el próximo en caer. La deuda que ha infligido la banca a los Estados ha sido un veneno mortal.
Por eso que el futuro de Europa se hace cada vez más incierto dado que la espiral del desempleo es un camino sin salida
en el cual el euro ha desempeñado un rol central. Todos los lideres se
han empeñado en rescatar a la banca, cuando de lo que se trata es de
rescatar a la economía real si es que se quiere inyectar vida a la
moneda única. Se han cumplido cinco años de crisis, cuatro años desde la
quiebra de Lehman Brothers, tres años desde los primeros traspiés de
las finanzas griegas, y no se han logrado grandes avances por defender
en forma errónea el rol del euro.
El desempleo es hoy una de las mayores dificultades que enfrentan
los países del mundo y también una de las principales fuentes de
profundización de la crisis que pone en riesgo la propia existencia de
la moneda única. A medida que la crisis se extiende, lejos de encontrar
vias de salida, la situación se profundiza porque no se asume que éste es el problema central de la economía.
Las consecuencias a largo plazo del desempleo pueden ser devastadoras
no solo en términos económicos sino también en términos sociales y
políticos. Salvar al euro pasa no solo por salvar a una banca zombi y
famélica sino más bien por inyectar vida a la economía real que es la
que genera empleo y da sentido al sistema financiero.
Marco ANtonio Moreno
El Blog Salmón
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