Además de las graves consecuencias económicas y sociales que traerá
el ya confirmado rescate de España por la UE, hay que resaltar otro
hecho no menos importante: recordarnos a la ciudadanía la desagradable
cruz que supone estar gobernados por embusteros y por incompetentes.
Rajoy sigue añadiendo mentiras a las mentiras de los últimos meses y ha
dado un paso de gigante para probar la nefasta gestión de la crisis de
su equipo ministerial. Es verdad que los intereses financieros
especulativos exigen a los políticos, en su propio beneficio, la
ocultación de la realidad; pero es igualmente cierto que los ciudadanos
exigimos a nuestros gobernantes, en defensa propia, transparencia
informativa.
Tras afirmar reiteradamente que no habría
rescate, el último embuste del gobierno ha sido proclamar que es España
quien ha pedido el rescate, y no la UE quien ha forzado a aceptarlo. No
es lo mismo llamar que salir a abrir. Aunque Guindos ha declarado que se
trata de "un préstamo en condiciones muy favorables que implicará
contraprestaciones únicamente para la banca", podemos preguntarnos qué
grado de credibilidad le queda al Sr. Rajoy y al Sr. Ministro para
hacernos pensar que va a ser así. En los movimientos sociales sabemos
que cero. Estamos siguiendo los pasos de Grecia, Irlanda y Portugal y la
pérdida de soberanía a manos del capital financiero se hará cada vez
más patente. Vendrá la burocracia tecnócrata de Bruselas a “vigilar in situ”
la evolución de nuestras variables macroeconómicas, el pago de las
deudas y el cumplimiento del déficit. El resto del ajuste ya no es
necesario imponerlo, pues hace meses que España ya está “intervenida”.
Porque este gobierno embustero se ha encargado de hacer aplicadamente y
de motu propio lo que se les ha exigido a los otros países rescatados.
Pero
además de embustero este gobierno es incompetente. Machaconamente se
nos ha dicho que la crisis era debida a que los ciudadanos habíamos
vivido por encima de nuestras posibilidades, y que por ello, la
prioridad debían ser las políticas "de austeridad". Solo ahora, forzados
por los acontecimientos, se reconoce que el tumor estaba en el sistema
financiero, pero el problema es que difícilmente se podría haber
realizado una gestión más tardía y desastrosa de la crisis de Bankia y
del resto de las cajas y bancos cercanos a la quiebra técnica. La
factura que ahora se estima en 100.000 millones de euros podría haberse
reducido considerablemente si el gobierno hubiera defendido mejor los
intereses de sus ciudadanos frente a los requerimientos de banqueros y
especuladores (por ejemplo, prescindiendo en todo momento plantear una
quita a los acreedores) y también si hubiera negociado con más
profesionalidad y firmeza las condiciones de la ayuda de la UE (sin
aceptar, por ejemplo, que sea el Estado español a través del FROB quien
acabe avalando los créditos a las entidades financieras en apuros). Y
esto, por no hablar de la indignidad de la amnistía fiscal puesta en
marcha esta semana…
Frente a este gobierno embustero e
incompetente no hay otra alternativa que la de seguir presionando desde
la ciudadanía para forzar un cambio radical de las políticas dirigidas a
salir de la crisis. Es oportuno recordar, aunque sea sintéticamente,
cuatro propuestas ineludibles y largamente respaldadas por movimientos
sociales como Attac. Son estas:
1. Creación de una comisión
formada por personas con acreditada experiencia en el mundo de las
finanzas y de la economía mundial que depure las responsabilidades de
los causantes de la crisis del sistema financiero español.
2.
Consolidación de una potente banca pública en base a las
nacionalizaciones realizadas, con la cual financiar y estimular una
reactivación económica sostenible, generadora de riqueza social y de
empleo decente.
3. Auditoría de la deuda pública y privada
existente, con una investigación pormenorizada y rigurosa de los
contratos de deuda vigentes, tendente a identificar y rechazar aquellos
considerados ilegítimos.
4. Modificación de los acuerdos de
la UE en materia de fiscalidad y que permitan dotar al Banco Central
Europeo de poderes para emitir títulos propios de deuda pública, con los
que financiar su presupuesto y las necesarias ayudas a los países y a
los Estados.
¿Utopías
de una izquierda radical? En Attac pensamos que no. No hay que olvidar
que la aplicación del programa del partido de la izquierda griega,
Syriza, si gana dentro de unos días las elecciones -como es bien
posible-, puede ayudar a hacer despertar a una ciudadanía europea
aletargada y resignada a aceptar todo lo que está imponiendo la troika
(Bruselas, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional).
¿Hasta cuándo?
Ricardo Gª Zaldívar, doctor en Economía y presidente de Attac España
Público
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