Aunque el costo de la deuda soberana ha tenido una tregua, igual se
mantiene sobre el 7 por ciento o muy cerca de esta cifra que es
totalmente inviable para la economía española. Es una cifra de usura que
indica que 7 céntimos de cada euro generado irá a pagar los intereses.
O, desde otro ángulo, que tres semanas del trabajo anual se destinarán a
este objetivo. Estos son los costos reales del colapso. Un colapso
largo y acentuado que ayuda a comprender lo que ha ocurrido en Grecia,
Irlanda y Portugal.
El problema es que España no esta sola en este gran dilema del euro dado que Italia, un vecino que muchas veces se olvida, está con problemas similares.
Y ambos países son demasiado grandes para pensar en un rescate
conjunto. Y si son demasiado grandes para rescatar, son también
demasiado grande para dejarlos caer. El dilema del euro comienza a vivir las horas cruciales de su existencia.
De nada han servido las palabras del gobierno y las buenas intenciones
de los socios de la UE. Estamos en serios problemas y hay que
aceptarlo. El costo de la deuda soberana ha escalado a máximos de una
década, mientras la economía se desploma como un castillo de naipes.
Estamos viviendo el derrumbe de un esquema Ponzi potenciado en las
últimas cuatro décadas con la desmedida pasión del consumo desatado.
Todo indica que los costos del colapso serán enormes y que esos
costos ya hemos comenzado a pagarlos, pero siguen creciendo a medida que
se posterga el momento de la verdad. Si hoy debemos trabajar tres
semanas para cubrir el coste de los intereses de la deuda, en poco
tiempo más llegarán a cuatro y también a cinco semanas. No es de
extrañar que la economía esté bajo tal presión y que el desempleo esté
en nivel tan escandalosamente altos como indica esta gráfica:
Esto es porque no hay voluntad de poner fin al esquema Ponzi, y se
cree que el problema de deuda se resuelve con la generación de más
deuda. Es decir, entregar dinero a los bancos que crearon dinero en
forma irresponsable y que no solo han manipulado las tasas de interés sino que también se han prestado para el lavado de dinero y el tráfico de drogas y las impías operaciones de fuga de capitales hacia los paraísos fiscales. Como hemos señalado en otros artículos, este sistema creó la deuda y nos arrastró adonde estamos ahora, y esta deuda se revierte como un bùmerang y lo arrastra a su propio colapso,
demostrando que todo no es más que una larga cadena de fraudes y abusos
que nadie ha sido capaz de detener. Esto no hace más que precipitar su
colapso real y definitivo, pese a todo el sistema político que lo
defiende y ampara.
Y ese punto final está muy cerca. España no puede recibir un rescate
al estilo griego dado que la UE, ni con toda su invención de fondos
posibles, puede seguir creando dinero de la nada. Y aunque se rescate
mañana España, luego vendrá Italia
y la presión general seguirá siendo abrumadora. Y si lo de Grecia lleva
tres años, lo de España e Italia no resistirá 12 meses. Tal vez mucho
menos si entra a escena Francia en los próximos dos meses. Francia tiene
una deuda pública mayor a la española y muy similar a la alemana. A
nadie le ha importado hasta el momento, aunque es una deuda de larga
data como señalamos en este post, pero ahora pasará a ser de gran importancia para los tiburones del mercado.
Marco Antonio Moreno
El Blog Salmón
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